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Por Steve y Bridget Patton

Ella dice: Debemos planear nuestro funeral

John y yo realmente debemos planear nuestros funerales y dejar que nuestros hijos sepan cuál es nuestra última voluntad. Sin embargo, él se niega a hablar de esto, o de cualquier otra cosa relacionada con la muerte. ¡Es como si creyera que nunca va a morir!

Él dice: Está siendo macabra

Sé que todos vamos a morir, pero creo que centrarse en eso es mórbido. Una vez que nos hayamos ido, de todas maneras no nos va a importar, así que ¿por qué necesitamos planearlo? Desearía que Elaine se olvide de esto.

¿Qué hacer?

La renuencia de John a hablar de esto es muy humana. Incluso si podemos aceptar mentalmente el hecho eventual de que vamos a morir de todas maneras, es natural que nos resistamos a pensar en ello. Simplemente no queremos pensar en esto, ni hablar, ni hacer planes al respecto.

Pero no tiene por qué ser así, y no debería ser así. Para el cristiano, la muerte contiene un significado positivo. En efecto, "el cristiano puede experimentar un deseo por la muerte tal como dice San Pablo: "Deseo partir y estar con Cristo'". (CIC 1011)

El primer paso de John y Elaine debe ser orar –individualmente y como pareja—para que puedan tener una actitud más tranquila, optimista y llena de fe sobre su destino final con Dios y entre sí, en el Cielo.

Pero incluso si podemos aceptar la muerte y, en un sentido estricto, desearla, ¿acaso no es un poco indecoroso estar entrando en detalles sobre nuestros propios arreglos fúnebres? Por el contrario, es algo acomedido y responsable. La mayoría de las personas quieren dejar cosas buenas a sus sobrevivientes—tales como una herencia o buenos recuerdos—así como un legado claro y ordenado.

Por otra parte, no estés tan seguro, John, que una vez que hayas pasado a mejor vida no te va a interesar la situación que tendrán que enfrentar tus sobrevivientes debido a la forma en que dejaste tus asuntos pendientes. Dios juzgará nuestras vidas principalmente basado en lo mucho o lo poco que amamos a los demás (CIC 1022), y la planificación de los servicios fúnebres y el entierro es un acto de amor que podemos hacer. ¿Cómo es eso?

Aquellos que proporcionan estos servicios frecuentemente escuchan comentarios parecidos cuando los familiares del difunto descubren que los detalles del entierro fueron pre-arreglados: "¿Quieres decir que todo ya está arreglado?" "¿No hay un saldo?" "¡Qué bendición!"

De hecho, no es raro que los familiares del difunto, en medio de su dolor, se vean profundamente agradecidos porque no tienen que  tomar decisiones fúnebres, o mucho menos pagar por ellas, tanto que deciden hacer lo mismo para evitarles problemas a sus propios hijos y familiares.

¿No es este el tipo de legado que quieres dejar?


Steve y Bridget Patton tienen maestrías en teología y consejería y sirven como ministros de vida familiar para la Diócesis de Sacramento.