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 | Padre Gustavo Ruiz

Nuestra Iglesia Local en estos Tiempos de la Pandemia

Han pasado siete meses desde que nos golpeó la pandemia del Coronavirus. Nuestra Iglesia católica debe de adaptarse a este difícil momento que estamos pasando. Al principio, me fue muy difícil anunciarles a todos en nuestras iglesias que las Misas debían de ser canceladas y que todos los sacramentos serian suspendidos. Este acontecimiento ocurrió durante el tiempo cuaresmal y todos sabemos que este tiempo cuaresmal ha sido el más difícil que todos hemos experimentado en nuestra generación. Nos animamos a orar juntos desde casa durante un gran período de aislamiento social y, también, a ver ahora las Misas a través de Facebook, del Internet o de la televisión.

¡Fue un gran reto el estar lejos de los Sacramentos durante la Semana Santa! No se distribuyeron palmas este año el Domingo de Ramos ni se realizaron las Misas más grandes del año durante el Santo Triduo Pascual. Todos vimos cómo el Papa Francisco estuvo solo celebrando el Viernes Santo y el Domingo de Pascua. Probablemente teníamos mucho miedo de ver todas estas Misas desde nuestras casas. Después, los cincuenta días del Tiempo Pascual y Pentecostés también se celebraron virtualmente. Nuestros Sacramentos de Iniciación para los adultos y nuestros Sacramentos de las Primeras Comuniones y Confirmaciones para nuestros niños también fueron suspendidos. Al reflexionar sobre todos estos acontecimientos, probablemente estemos en shock y todavía tenemos miedo.

Nuestro Señor Obispo Daly promulgó entonces en la Solemnidad de Corpus Christi, un Año de la Eucaristía para nuestra Diócesis de Spokane y, todos vimos que, poco a poco, hemos podido volver al sacramento de la Eucaristía en diferentes fases. Recientemente en nuestra Diócesis algunas iglesias están en la fase 3 o en la fase 2 y tienen la bendición de tener el Sacramento de celebrar la Santa Eucaristía dentro de sus iglesias. Aquí, en nuestras parroquias de Connell, Eltopia y Basin City, estamos en la fase modificada 1 todavía y sólo estamos celebrando misas fuera de la Iglesia. Todavía en nuestra Diócesis faltan personas que reciban la Eucaristía dentro de sus Iglesias. Todavía esperamos recibir la bendición de reunirnos dentro de nuestras iglesias para recibir el don más preciado del Cuerpo de Cristo. Todavía anhelamos ver el milagro de la Eucaristía frente a nuestro altar y al Sagrario. Mientras tanto, sigo transmitiendo Misas en el Facebook. Este Año de la Eucaristía es un tiempo para reconstruir nuestra devoción para recibir el Cuerpo de Cristo y es un tiempo para orar realmente para que esta pandemia termine pronto y para que podamos volver a reunirnos en nuestras iglesias para ser testigos del milagro de la Eucaristía.

Además, este tiempo es un tiempo para ser generosos con nuestro tiempo, con nuestros talentos y con nuestros tesoros con Dios: Estamos llamados a ser buenos discípulos de Cristo en medio de esta pandemia. Nuestra generosidad se ha demostrado cada vez que oramos con nuestras familias, cada vez que estamos ayudando a nuestros prójimos que sufren, y cada vez que oramos y apoyamos económicamente a nuestra parroquia. Sabemos que, como familia, hemos sufrido mucho en esta pandemia y esta lucha es real. Algunas personas han perdido su trabajo y otras han perdido a un familiar. Dios siempre es generoso con nosotros y somos generosos con él. Algunas maneras con las que podemos ayudar en nuestra iglesia es orando por todos aquellos que pertenecen a nuestra parroquia, es apoyando financieramente nuestra parroquia, y es apoyando a nuestra Diócesis en la próxima Colecta Anual Católica 2020.

Por último, todos sabemos que incluso nuestros hijos han sufrido mucho por esta pandemia porque no han podido recibir clases en persona. Todos esperamos y oramos que podamos hacerlo ahora, y nuestras oraciones son para todas nuestras Escuelas Católicas en la Diócesis. ¡Recordemos rezar por toda esa gente en Brewster, en Oroville, en Okanogan, en Tonasket, en Spokane, en Walla Walla, en Pasco, en Connell, en Basin City, en Eltopia, en Othello, etc., por todas nuestras parroquias en nuestra Diócesis! ¡Crezcamos juntos en nuestra fe en la Eucaristía y en nuestras devociones por Nuestro Señor Jesucristo! ¡Oremos también por los que están en riesgo por el Coronavirus y por los que están en los hospitales! ¡Que Dios te bendiga!