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Por Douglas Culp

¿Qué decir cuando ... una amiga se pregunta por qué su joven hermana acaba de morir mientras su abusivo abuelo todavía está vivo?

En 2018, Teología 101 continúa centrándose en el tema de la evangelización. Específicamente, la tarea será ofrecer algunas maneras de abordar varias preguntas respecto a la práctica de la fe que los católicos pueden encontrar cuando conversan con sus compañeros de trabajo, familiares y amigos. Por supuesto, debemos recordar que nada puede reemplazar el poder de ser testigos de las Buenas Nuevas a través de nuestras propias acciones y palabras, junto con nuestra disposición a acompañar a otros en su camino de fe.

La Pregunta: La hermana de mi amiga, que era una joven maravillosa, acaba de morir. ¿Qué le digo a mi amiga cuando se pregunta por qué esta buena persona murió mientras su abuelo alcohólico y abusivo todavía está vivo?

Practica presencia

Cuando uno enfrenta situaciones así, lo que uno hace es más importante que cualquier cosa que se pueda decir. Su amiga está dolida, y probablemente esté enojada por la injusticia percibida por la muerte de su hermana. Ella necesita un lugar seguro para ser "escuchada".

Considere la experiencia de aquellos que han servido como ministros extraordinarios de la sagrada Comunión en un hospital. Muchas veces, uno puede perder completamente las palabras, y estas a menudo resultan ser las mejores visitas. Debido a que uno está presente sin hablar, la otra persona tiene espacio para compartir su historia. Y las historias son simplemente asombrosas: historias de vida, de pérdida y de amor.

En esos momentos, debemos atender a nuestra hermana y hermano. En otras palabras, debemos ser activos como oyentes y, por lo tanto, estar dispuestos a guardar silencio; debemos aclarar el desorden de pensamientos, el ruido y listas de respuestas preparadas en nuestras mentes.

Si se siente animada a hablar, intente preguntarle a su amiga sobre su hermana. Dele a su amiga la oportunidad de reflexionar sobre la belleza que fue la vida de su hermana y el amor que compartieron la una por la otra. Esto no quiere decir que de ninguna manera debe minimizar su dolor o enojo, pero tal intercambio puede llevarla a sentir gratitud por haber tenido una persona así en su vida. Este sentimiento de gratitud puede ser un paso importante hacia la curación. Por supuesto, también podría ofrecerle rezar con ella por su hermana, su familia y, sí, su abuelo.

El misterio de la respuesta de Dios

En última instancia, su respuesta debe reflejar la respuesta de Dios a la muerte y el sufrimiento humano. Esta respuesta se encuentra en Jesucristo en la cruz. En otras palabras, Dios respondió a la muerte y al sufrimiento humano no quitándoles de nosotros, sino entrando plenamente en ellos y sufriendo con nosotros (que es el verdadero significado de la compasión).

En Cristo, aprendemos que la clave no está en escapar de heridas o vivir una existencia ilusoria libre de sufrimiento. Incluso el Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad, no se libró de las heridas de vivir en un mundo caído, aunque nunca hubo alguien que fuera más inocente y bueno. De hecho, experimentó heridas en todos los niveles. Fue rechazado por su gente y abandonado por sus amigos. Jesús experimentó el fracaso percibido de su misión y soportó burlas, tortura y crucifixión a manos de las autoridades civiles y religiosas.

Y sin embargo, él no respondió a ninguno de estos asaltos sobre su ser maldiciendo a Dios por su desgracia. Él no maldijo a los que le infligieron heridas. En cambio, Jesús confió completamente en Dios Padre, y dijo: "En tus manos encomiendo mi espíritu". Igualmente importante, miró hacia abajo desde la cruz hacia sus perseguidores y oró por ellos para que se les pudiera otorgar misericordia y perdón.

Cristo consuela a los que lloran

Esta respuesta al sufrimiento es la verdad que nos hace libres. Es una respuesta que parece sobrenatural y absurda para el mundo. Esto es así especialmente porque nada cambió externamente como resultado de la increíble respuesta de Jesús a las muchas heridas que recibió. Él murió y fue sepultado. Sus seguidores lloraron su pérdida. La vida continuó normalmente para la mayor parte de sus seguidores, eso es hasta el domingo de Pascua.

Cuando vemos imágenes del Cristo resucitado, vemos un cuerpo glorificado, pero no un cuerpo no dañado. Las marcas de las heridas físicas permanecen. Sin embargo, estas heridas ahora testifican lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo Jesús. Las heridas se han transformado de ser un fruto de odio, ira o indiferencia contra el prójimo para ser un testimonio de la profundidad del amor de Dios por cada uno de nosotros. Las heridas que una vez causaron una muerte insoportable y humillante ahora son las insignias de la victoria final sobre el pecado y la muerte.

Es cierto que Dios no nos garantiza una vida libre de dolor e injuria. Sin embargo, Dios garantiza que si bien la muerte es un final, no es el final.

Precisamente al estar presente, sufriendo con su amiga, su ira y su dolor sin juzgar o condenar, y mostrándole su amor por ella, es que puede crear una oportunidad para que su amiga encuentre a la persona de Jesucristo, quien solo consuela aquellos que lloran.

PARA REFLEXIONAR

Considere leer en oración los siguientes pasajes del Evangelio:

Ustedes han oído que se dijo: “Amaras a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. (Mt 5:43-45)

Al llegar María adonde estaba Jesús, cuando Lo vio, se arrojó a Sus pies, diciendo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Y cuando Jesús la vio llorando, y a los judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció. “¿Dónde lo pusieron?” preguntó Jesús. “Señor, ven y ve,” Le dijeron. Jesús lloró. (Jn 11:32-35)

Preguntas para la reflexión:

1. ¿Cómo pueden estos dos pasajes responden a la pregunta de la amiga?

2.  ¿Qué tienen que enseñarnos sobre la respuesta de Dios a lo bueno y a lo malo, a la muerte y al sufrimiento humano? ¿Qué tienen que enseñarnos sobre nuestra respuesta a estas cosas?